miércoles, 27 de enero de 2010

Educación para tod@s


La diversidad es una de las características más peculiares de la condición humana. La distinta forma de ser o de vivir de las personas constituye un problema cuando esas diferencias, manifiestas o no, son consideradas por la sociedad a modo de desigualdad. Toda cultura democrática ha de asumir y valorar positivamente la existencia de la diversidad entre sus gentes. Educar para la democracia es educar en y para la diversidad. En la escuela, como grupo humano que es, se manifiesta claramente la diversidad de los alumnos y alumnas que, como las partes de un todo, integran y enriquecen la labor educativa.


De un modo simple, podría definirse la atención a la diversidad como la necesidad de entender que existen diferencias (de cualquier tipo: físicas, de pensamiento, étnicas, culturales…) entre todos/as las personas que formamos la Comunidad Educativa de un centro.


Un buen tratamiento de la diversidad desde el punto de vista educativo ha de promover el respeto y la atención de la misma, pero ha de ir más allá. Respetar la diversidad y atenderla ha de desembocar, ineludiblemente, en la necesidad de potenciar y/o compensar algunas de las variables que originan diferencias que implican situaciones de desventaja respecto a los demás, con independencia de que esas diferencias sean objetivamente positivas o negativas.


Atender a esa diversidad implica concienciar a todos los sujetos del centro educativo de que la diversidad es un tesoro, del cual nos podemos aprovechar para lograr alcanzar los objetivos de actitudes, valores y normas de una forma práctica, en la propia realidad del día a día con nuestros alumnos/as, y no sólo hablar de respeto a las diferencias individuales de manera teórica, sino llevándolo a cabo en nuestro quehacer diario.


Es evidente que para lograr ese respeto a las diferencias individuales se precisa de una adecuada coordinación entre todos los miembros del centro educativo para abordar esta temática tan compleja: reuniones periódicas, elaboración de un Proyecto Educativo real y acorde a las circunstancias del contexto, un Plan de Convivencia útil y que se cohesione con el entorno que le rodea, una acción tutorial efectiva, una formación adecuada en el tema si existen lagunas sobre el mismo, etc.


A título informativo, la atención a la diversidad en la actual ley educativa aparece contemplada bajo el término de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo. En la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (L.O.E.), Título II (de la Equidad en la Educación) se hace mención a un grupo de sujetos que se engloban dentro de éste concepto:

  • Alumnado con necesidades educativas, Alumnado con altas capacidades intelectuales. Son aquellos que presentan tres características: coeficiente intelectual superior a la media (130), gran concentración y capacidad en el trabajo o tarea (insistentes) y enorme creatividad.

  • Alumnado con integración tardía en el sistema educativo español. Fundamentalmente es el alumnado extranjero que llega a nuestros centros educativos una vez iniciado el curso, o bien, con un desfase curricular como consecuencia de una tardía escolarización.


Por último expresar que la diversidad nos enriquece. Debe ser considerada como un valor para que podamos comprender el gran tesoro que tenemos. Si fuésemos todos iguales, al poco tiempo de subsistir de esta forma, seguro que acabaríamos aburriéndonos.



José M. Sánchez Escaño

Maestro de Pedagogía Terapéutica

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